La psicología moral no siempre es fácil de estudiar. Los experimentos en escenarios que parecen reales pueden arrojar resultados más certeros, pero se deben sopesar los beneficios de posibles descubrimientos y la seguridad y el bienestar de los sujetos de estudio. A menudo lo que descubrimos a partir de los experimentos psicológicos no nos hace quedar bien. Somos seres imperfectos. Pero cuanto más sepamos sobre por qué tomamos ciertas decisiones morales, mejor abordaremos las preguntas difíciles en un futuro.
Todo empieza como un estudio dirigido por un profesor de psicología de Stanford sobre la vida en la cárcel. Eran 24 voluntarios, doce guardias y doce prisioneros. Aceptaron pasar las dos semanas siguientes recreando la vida en una prisión. La conclusión del estudio fue que, dada las circunstancias adecuadas, la gente normal se puede comportar como monstruos. Pero, ¿Y si la causa del cruel comportamiento de los participantes no fue la que siempre se nos había dicho?
Probar algo por completo es difícil, casi imposible. En cambio, tenemos la fe del creyente, el intervalo de confianza del científico. Lo que sabemos es algo que solo creemos saber. En este episodio, les mostraremos las mentiras que nos decimos a nosotros mismos. Y usaremos la convicción para transformar una mentira en verdad.
Nuestra relación con la destrucción no es sencilla. Puede liberar endorfinas y relajar la mente. Puede ayudarnos a regular las reacciones emocionales, pero puede amplificar nuestro enfado. ¿Puede calmarnos el romper violentamente cosas? ¿O simplemente volvernos más agresivos? Descúbrelo con Michael Stevens investigando sobre nuestro impulso para destruir.
Todo el mundo quiere ser capaz de elegir pero, ¿quién hace realmente esas elecciones? ¿Y queremos realmente tener más opciones? Michael Stevens lo investigará mientras explora nuestra capacidad de decidir.
Somos seres imperfectos. Pero cuanto más sepamos sobre por qué tomamos ciertas decisiones morales, mejor abordaremos las preguntas difíciles en un futuro.