En los últimos 50 años, hemos duplicado el consumo de pescado. En el mundo hay miles de millones de personas que usan el pescado como su principal fuente de proteínas. Pero los océanos no pueden abastecer tanta demanda. Las existencias de pescado peligran y el sector pesquero se viene abajo. La gente lo ha perdido todo. Había una industria, pero la han arrasado.
Mientras los suministros globales de pescado disminuyen, la industria pesquera se enfrenta a una crisis en todos los frentes, una crisis que incluye magnates corruptos, importaciones dudosas y regulaciones polémicas.

Los cambios en la dieta y los dramáticos vaivenes en los precios han colocado a los dueños de las granjas productoras contra las cuerdas, y han propiciado un aumento en el lucrativo pero controvertido negocio de la venta de leche fresca no pasteurizada. Los que proponen el consumo de leche fresca propugnan que hay beneficios en su consumo, entre los que se incluyen el mejor sabor, mejores propiedades nutricionales y una mejora del sistema inmune. Sin embargo, la comunidad médica ha advertido de sus peligros, que incluyen el riesgo de infecciones, y no han encontrado ningún beneficio claro.

Actualmente, en todo el mundo, comemos 13 kilos de pollo al año. El increíble crecimiento de la industria avícola se ha visto impulsada por un negocio que crea vidas y las cosecha a un volumen y una velocidad increíbles. Pero ahora, la escala de la producción ha expuesto a todo el sector del pollo a pequeños y grandes peligros.
El implacablemente eficiente sector avícola enfrenta a los criadores unos con otros y les deja expuestos a actos de sabotaje.

Los programas culinarios televisivos han promocionado al humilde ajo hasta convertirlo en un cultivo con beneficios multi millonarios. Cada año los humanos consumimos más de 22 millones de toneladas de ajo. Pero un pleito legal ha levantado cuestiones inquietantes sobre los principales suministradores de este bulbo.

Las alergias alimentarias están llegando a niveles casi epidémicos. La ciencia médica está solo empezando a comprender porqué algunas personas reaccionan frente a alimentos aparentemente inocuos. Mientras los científicos se empeñan en comprender qué es lo que ha cambiado en nuestros cuerpos, los agricultores y chefs se las ven con nuevos desafíos.