Explora como nunca antes con David Attenborough las maravillas de un mundo largamente perdido en esta épica serie. Viaja 66 millones de años al pasado, cuando majestuosos dinosaurios y extraordinarias criaturas recorrían las tierras, los mares y los cielos. En el primer episodio, una Tuarangisaurio preñada está en apuros y su cría puede sentirlo mientras recorre las aguas que son el hogar de los depredadores más mortíferos del océano.
A la búsqueda de los tiburones tigre en el Pacífico, Will Smith explora el poder del olfato. Los tiburones tiene un sentido del olfato que es cientos de veces más potente y afinado que los humanos. Una enorme parte de su cerebro está dedicado al olfato, para conducirse en la vasta extensión oceánica.
En el segundo episodio, Will Smith desciende un kilómetro hasta el fondo del mar en un submarino de inmersión profunda. Estas zonas abisales son menos visitadas que el espacio exterior. Will y la exploradora Diva Amon investigarán como son usados los colores en el mundo natural y el papel de la bioluminiscencia. En los océanos, casi el 80% de las criaturas usan bioluminiscencia, posiblemente la forma más común de comunicación del planeta.
Una mirada a la vida, las pasiones, los logros y las tragedias del mítico Jacques Cousteau, incluyendo material grabado recién restaurado. Se centrará en las innovaciones conseguidas por este inventor, explorador, ecologista y cineasta, por ejemplo, en dar al ser humano los recursos para explorar el océano con la escafandra autónoma. También en su obsesión por combatir la contaminación oceánica y en su larga carrera de divulgación científica.
En los cambiantes mares y océanos, los cefalópodos como las sepias y los pulpos gigantes del Pacífico deben recurrir a su asombrosa inteligencia para sobrevivir. Su apariencia alienígena va acompañada de unos recursos, una independencia y una inventiva asombrosas. Y aún nos queda mucho por aprender sobre estas huidizas leyendas de las profundidades.
En el primer episodio, una Tuarangisaurio preñada está en apuros y su cría puede sentirlo mientras recorre las aguas que son el hogar de los depredadores más mortíferos del océano.