La vida en la cárcel, con todas sus vicisitudes e intrigas, siempre ha sido de interés para los cineastas, que la han retratado en un buen número de películas y series de televisión. El periodista Raphael Rowe, que pasó 12 años en prisión por un delito que no cometió, se mete en la piel de los presos mientras investiga las cárceles más peligrosas del mundo. En el primer episodio, Rowe pasa una semana en la cárcel de Tacumbú en Paraguay, donde los reclusos rebuscan en la basura para poder sobrevivir.
Investigaremos aún más en la vida de los romanos ordinarios puertas adentro de sus hogares. Conoceremos amas de casa alcohólicas, prometidas adolescentes, esclavos huidos... Veremos como eran sus camas, mobiliario y cunas, sus anillos de boda y conoceremos a Glyconis, que era regañada por su marido por beber una copa o dos, Allia Potestas, que vivía en un menage a trois romano y Sulpicius Maximus, un niños de 11 años que trabajó hasta morir obligado por sus padres.
Octavio presenta a su nueva prometida a su familia de una manera sorprendente: haciéndola que sea testigo del castigo que dictamina sobre Atia y Octavia por desafiar los convencionalismos sociales y no respetar el matrimonio entre Marco Antonio y Octavia. La vengativa Gaya lleva a cabo su plean para envenenar a Irene, lo que tendrá trágicas consecuencias para Tito. Mientras tanto, Octavio, Marco Antonio, Mecenas y sus asociados intentan figurarse quien entre ellos pudo hacer desaparecer el oro de Herodes.
En el cuarto episodio Neil deGrasse Tyson mira al pasado para mostrar la permanente lucha por eliminar el hambre en el mundo y la historia de Nikolai Ivanovic Vavilov, un pionero de la agricultura moderna que arriesgó su vida por unos descubrimientos que cambiaron la historia de la ciencia. La historia de Vavilov está marcada por la tenacidad, la creatividad y por su tragedia personal. Entrelazada con la narrativa hay advertencias sobre las implicaciones éticas de la ciencia, especialmente cuando está sometida a ataques por parte de las fuerzas políticas.
En el primer episodio, Rowe pasa una semana en la cárcel de Tacumbú en Paraguay, donde los reclusos rebuscan en la basura para poder sobrevivir.