En 1942, a través de un horrendo proceso de ensayo y error, estos Nazis crearon algo enteramente nuevo en la Historia: fábricas de matar, capaces de asesinar a millones. Pero hubo también héroes. Con la escalada de la matanza en Auschwitz y Treblinka, hubo personas que mostraron un enorme valor, como el oficial alemán Albert Battel, que arriesgó su vida para salvar a los detenidos.
En el cuarto episodio de la serie, los testigos oculares nos cuentan como los que dirigían Auschwitz rellenaban sus bolsillos con las riquezas robadas a los judíos recluidos, mientras también estaban implicados en otros negocios ilícitos.
En el quinto episodio descubriremos como la deportación de los judíos húngaros en 1944 precipitó la carnicería más intense en la historia de Auschwitz.
El último episodio de la serie sobre este campo de concentración nos descubre el destino de los prisioneros supervivientes y sus guardianes. Veremos cuantos prisioneros recibieron un recibimiento pésimo en sus países de origen y cuantos guardianes escaparon de la justicia.
En el Segundo capítulo, la visión de los directores de cine no es siempre permisible para el gobierno estadounidense. Wyler encuentra un fuerte racismo contra los soldados afro americanos y rechaza hacer un filme para reclutar soldados negros. El Departamento de Guerra también está preocupado por la representación racista de los japoneses en las películas frente a la representación humana de los alemanes, al tiempo que planea redistribuir a la población japonesa americana en campos de concentración.