Sabiendo que los hijos de Lucio están vivos, Tito se dirige a encontrarse con él en la Galia, donde está sirviendo como soldado en el ejército de Marco Antonio. Espera llegar antes de la batalla contra Octavio, pero llega demasiado tarde. Pero encuentra a Lucio vivo y juntos se dirigen a encontrar a los niños. El victorioso Octavio planea su vuelta a Roma. En Turquía, Bruto y Casio amasan su propio ejército.
Inconsolable por la muerte de Bruto en Filipo, Servilia planea su venganza final contra Atia. El rey Herodes consigue la alianza de Marco Antonio ofreciéndole un generoso regalo de 20.000 libras de oro.
La muerte de Julio César ha generado un intenso caos en Roma. En su testamento, designa como sucesor y heredero a Octavio, noticia que deja en shock a Marco Antonio. Mientras Lucio queda destrozado por la muerte de Niobe, Tito le propone matrimonio a Eirene. Erastes Fulmen secuestra a los hijos de Lucio y a su cuñada. Aunque el clan de los Julio se plantea huir, Octavio propone llegar a un pacto con los asesinos de Julio César.
Tras la derrota de Escipión y Cato, César regresa a Roma y recibe la bienvenida como un héroe victorioso al que rendir vallasaje. La ira de Servilia contra el clan de los Julio convierte la sumisión de Bruto en algo aún más doloroso. Mientras tanto, Octavio Augusto regresa de su entrenamiento militar, impresionando a César con su inteligencia, lo que le decide a encumbrarlo como pontífice a pesar de su Juventud. La vida de Lucio y su familia corre peligro, hasta que éste recibe una oferta del propio César.
El victorioso Octavio planea su vuelta a Roma. En Turquía, Bruto y Casio amasan su propio ejército.