En este sexto y final episodio, el FBI intensifica la búsqueda de un hacker escurridizo que pronto le da un giro a la situación al cuestionar la legalidad de una herramienta clave en la investigación. También descubriremos cómo un hombre es vigilado por el gobierno por una supuesta interferencia electoral rusa. ¿Es el responsable, o sólo un chivo expiatorio de gente más poderosa? Habrá que llegar hasta el final para saberlo.
Cuando la expansión militar de Japón en el Pacífico alcanzó su momento culminante, Roosevelt intentó forzar a Japón a retroceder embargando los suministros de petróleo. Pero lejos de calmar su expansión, les empujó a tomar una de las apuestas militares más grandes de la historia: Llevar su flota de ataque completa 6000 km lejos de sus bases para atacar a la flota norteamericana in Pearl Harbor. Era una apuesta arriesgada porque si salía mal, sería un suicidio militar para el imperio del sol naciente.
Este retrato presidencial al estilo de un documental de rock muestra cómo Jimmy Carter revitalizó los Estados Unidos tras el Watergate con la música de la contracultura, incluidos los Allman Brothers, Bob Dylan, Willie Nelson y Jimmy Buffett. Carter, escaso de fondos para la campaña y sin un nombre conocido, confió en el apoyo de estos artistas para darle un impulso crucial en las primarias demócratas. Una vez elegido, los músicos se convirtieron en invitados frecuentes de la Casa Blanca.
Eric C. Conn se convirtió en una celebridad local y tal vez incluso se volvió un héroe a los ojos de las personas a las que estaban ayudando. Colocó vallas publicitarias por todo el condado y sus fiestas eran legendarias. Conn se iba de vacaciones cada mes a lugares exóticos para hacer turismo sexual y sus 16 matrimonios eran la comidilla de la ciudad. En el tercer episodio, un nuevo fiscal federal comienza a trabajar en el caso. Las cosas toman un giro oscuro cuando varios de los antiguos clientes de Conn comparten sus experiencias. Buscado por el FBI, perseguido por las autoridades, la historia pronto se convierte en un suspense enrevesado. Tampoco es una coincidencia, dado que Conn menciona en numerosas ocasiones que se compara con James Bond. Un James Bond con un toque de Robin Hood.
Jennifer Griffith y Sarah Carver trabajaban para la Administración de Incapacidades y se dieron cuenta de toda esta corrupción de primera mano. Escribieron a la Administración de la Seguridad Social, escribieron a los abogados, escribieron al presidente de los Estados Unidos. Pero sus quejas no tuvieron eco hasta que se publicó el artículo del Wall Street Journal. Entonces, con la atención nacional puesta en Conn, el Senado, el FBI y la SS (que había estado permitiendo el fraude todo el tiempo) finalmente intervinieron. En este cuarto episodio final, Eric Conn hace que el gobierno busque una aguja en un pajar para incriminarle. Los efectos colaterales del fraude le pasan factura a una comunidad de Kentucky, ya de por sí en apuros.
También descubriremos cómo un hombre es vigilado por el gobierno por una supuesta interferencia electoral rusa. ¿Es el responsable, o sólo un chivo expiatorio de gente más poderosa? Habrá que llegar hasta el final para saberlo.