David Attenborough nos trae la historia universal que nos une a cada uno de nosotros con cada animal del planeta, la más grande de todas las aventuras, el viaje de la vida. Para los animales hay una sola meta en la vida, continuar su linaje con su descendencia, lo más próximo a la inmortalidad. La serie muestra como los animales intentan superar los desafíos que encuentran en las etapas cruciales de la vida mientras luchan para conseguir su éxito definitivo." En el viaje hacia la madurez, el momento crucial llega cuando debes luchar por tus propios medios. Con los progenitores ausentes deben aprender a sobrevivir en un un mundo peligroso. En esta etapa de la vida, cada pequeño éxito puede significar la diferencia entre la vida y la muerte.

En el desafío final del juego de la vida, tener descendencia es el premio definitivo. Continuar la línea con la próxima generación es lo más próximo a la inmortalidad. Pero no es ni mucho menos fácil. Algunos progenitores deben arriesgar sus propias vidas por su descencencia.

Sigue el viaje de Ma Di Tau y sus cachorros al remoto territorio de Duba Island huyendo de otro clan de leones que ahora habita y domina su antiguo hogar. Allí deberán sobrevivir ante peligros como los ríos infestados de cocodrilos, o presas que en ocasiones son mortales, como el búfalo africano. La épica historia real de una leona por preservar su descendencia, dispuesta a todo, en una tierra preciosa pero letal y llena de peligros y rivales". Quedan apenas 20.000 leones del medio millón que había en África hace 50 años. Son la cúspide de la cadena alimenticia y sin ellos el ecosistema colapsaría. Sin embargo, al contrario que los elefantes, no tienen protección alguna ni de gobiernos, ni de acuerdos internacionales. Aunque el ecoturismo mueve 2.000 millones de dólares al año, nadie parecía mover un dedo por ellos. El matrimonio Dereck y Beverly Joubert, exploradores residentes de National Geographic, nos enfrentan a nuestra obligación moral para con los felinos gracias a este maravilloso documental.

Nuestro Sol ha servido bien a la tierra durante casi 5.000 años. Nos baña con calor y energía. Pero como los humanos, nuestra estrella es mortal. En otros 5.000 años dejará de alimentar a su descendencia planetaria. El envejecimiento del sol la expandirá más allá de la óribita de nuestro planeta e incinerará todos sus seres vivientes, incluidos los humanos si aún seguimos allí.