¿Cómo llegó a existir el universo? Gracias a una serie de descubrimientos, nuestras misiones espaciales más poderosas han desvelado 13.800 millones de años de evolución cósmica y han revelado la historia de nuestro universo desde su nacimiento hasta la llegada de nuestra naciente civilización. Nuestra guía en esta odisea de regreso a los albores de los tiempos es la luz. Los telescopios son máquinas del tiempo: al observar el universo distante, abren una ventana al pasado. Un telescopio más que cualquier otro nos ha ayudado a viajar a través de la historia del universo: el Telescopio Espacial Hubble de la NASA. Sorprendentemente, Hubble incluso ha encontrado una de las primeras galaxias que existieron en el universo, que nació hace unos 13.400 millones de años. Es un descubrimiento que indica los inicios de nuestra propia Vía Láctea. Realistas imágenes generadas por ordenador dan vida a esta antigua galaxia, permitiéndonos presenciar por nosotros mismos el primer amanecer. Fue el comienzo de una relación entre estrellas y planetas que, en un mundo lejano, conduciría al origen de la vida y, en última instancia, a nosotros. Los increíbles descubrimientos del Hubble han permitido a los científicos reconstruir una gran parte de nuestra historia cósmica, pero no pueden llevarnos al momento más importante de la historia: el Big Bang. Durante décadas, el momento en que comenzó el universo fue objeto de pura especulación, pero al combinar la astronomía y la cosmología, los científicos finalmente encontraron una manera de poner a prueba sus teorías y estudiar los eventos trascendentales que tuvieron lugar durante el Big Bang. Pueden hacer esto porque el telescopio espacial Planck de la Agencia Espacial Europea ha visto el resplandor del Big Bang, algo que llamamos Fondo Cósmico de Microondas. El detalle tan fino que Planck nos daba ha ayudado a confirmar algo notable: el Big Bang puede no ser el comienzo. Hubo un tiempo antes del amanecer, un lugar más allá de lo que podemos comprender. El profesor Brian Cox nos transporta a la fracción de segundo anterior al Big Bang, cuando se plantaron las semillas de nuestro universo.
Rayos cósmicos capaces de destruir el ADN humano atraviesan el espacio exterior como balas subatómicas, causando daños por radiación a las tripulaciones espaciales. Los rayos cósmicos son intrusos alienígenas intergalácticos en nuestra Vía Láctea. Pero la fuente de su poder es un misterio. ¿Vienen de otras galaxias? ¿Provienen de cosas que hay entre las galaxias? ¿De dónde proceden los rayos cósmicos? La verdad es que de los más potentes no tenemos ni idea. La carrera está en marcha para resolver el misterio de las partículas más rápidas del universo.
Hay pruebas de que la materia oscura constituye el 85% de toda la materia del universo. Podemos ver cómo la materia oscura mantiene unidas las galaxias y desgarra otras estructuras, incluso vemos cómo curva la luz. La propia materia oscura ha existido desde el principio del universo. Sin ella, no estaríamos aquí. Pero si la materia oscura no se puede ver ni tocar, ¿existe realmente? Se cree que la materia oscura es el pegamento cósmico que mantiene unido el universo, pero su búsqueda sigue eludiendo a los científicos hoy en día.
La historia de la Tierra está marcada por una catástrofe cósmica tras otra, forjando el camino de la evolución hasta los humanos. Colisiones de asteroides y cometas, erupciones solares, extinciones masivas, explosiones de supernovas, bombardeos de rayos cósmicos. Lo que sea, lo hemos vivido. Es un milagro que estemos aquí. Ahora, los expertos exploran cómo la Tierra se ha tambaleado al borde de la destrucción.
Expertos exploran la difícil tarea de determinar la edad del cosmos. Comprender la edad del universo es fundamental para entenderlo. Está en el corazón de todo. Queremos saber cuánta masa tiene, cuánta energía contiene y cómo se comporta. Tenemos que precisar este número. La edad del universo no sólo nos permite comprender de dónde venimos, sino también, potencialmente, el destino del universo, lo que ocurrirá dentro de millones y miles de millones de años. La idea de que el universo creció a partir de una bola más pequeña que la cabeza de un alfiler es difícil de entender, pero averiguar cuándo ocurrió parece que debería ser más sencillo. Pero resulta que calcular la edad del universo es bastante complicado.
Los increíbles descubrimientos del Hubble han permitido a los científicos reconstruir una gran parte de nuestra historia cósmica, pero no pueden llevarnos al momento más importante de la historia: el Big Bang. Durante décadas, el momento en que comenzó el universo fue objeto de pura especulación, pero al combinar la astronomía y la cosmología, los científicos finalmente encontraron una manera de poner a prueba sus teorías y estudiar los eventos trascendentales que tuvieron lugar durante el Big Bang. Pueden hacer esto porque el telescopio espacial Planck de la Agencia Espacial Europea ha visto el resplandor del Big Bang, algo que llamamos Fondo Cósmico de Microondas. El detalle tan fino que Planck nos daba ha ayudado a confirmar algo notable: el Big Bang puede no ser el comienzo. Hubo un tiempo antes del amanecer, un lugar más allá de lo que podemos comprender. El profesor Brian Cox nos transporta a la fracción de segundo anterior al Big Bang, cuando se plantaron las semillas de nuestro universo.