Nuestro superamigos del mundo animal poseen muchísimos superpoderes ocultos. En el tercer episodio veremos perros que detectan el calor, gatos equipados con un GPS interior, peces que juegan al fútbol. Cuando pensamos que los conocemos, los perros vuelven a sorprendernos. ¿Qué superpoder sensorial han ocultado los perros durante todo este tiempo? Resulta que tienen un sensor térmico en la punta del hocico. En el mundo salvaje, un perro puede usar sus termorreceptores para detectar el calor de una presa y cazarla, aunque sus otros sentidos no funcionen bien. Esto también explica ese don insólito para apropiarse de asientos calentitos.
En un mundo en el que nada parece salir como uno esperaba, El ensayo presenta a Nathan Fielder ayudando a gente corriente a ensayar conversaciones difíciles o acontecimientos de la vida mediante el uso de decorados y actores contratados para recrear situaciones reales. Las situaciones pueden ser triviales, como confesar una mentira sobre el historial educativo, o más complejas, como criar a un hijo. Fielder encarga decorados extravagantes en los que se recrean todos los detalles. Contrata a actores para que habiten estos decorados y practiquen docenas de veces diferentes árboles de diálogos con sus clientes. La información utilizada para entrenar a los actores y construir los decorados se recoge a menudo sin que los sujetos lo sepan. En el primer episodio, Nathan Fielder ayuda a Kor Skeete, un aficionado al trivial de Brooklyn que quiere confesar a su equipo de trivial del bar que mintió al decir que tenía un máster. Nathan revela un elaborado método de ensayo que implica a un actor (K. Todd Freeman) que interpreta a un 'falso Kor'. Para ayudar a Kor a ensayar la difícil conversación con su compañera de equipo, Tricia, para limpiar esta mentira tan antigua, Nathan crea simulaciones de la noche de trivial con una falsa Tricia en una réplica a escala real del Alligator Lounge, un bar de Brooklyn. Kor supera sus miedos y hace su confesión a la verdadera Tricia.
Cuando pensamos que los conocemos, los perros vuelven a sorprendernos. ¿Qué superpoder sensorial han ocultado los perros durante todo este tiempo? Resulta que tienen un sensor térmico en la punta del hocico. En el mundo salvaje, un perro puede usar sus termorreceptores para detectar el calor de una presa y cazarla, aunque sus otros sentidos no funcionen bien. Esto también explica ese don insólito para apropiarse de asientos calentitos.